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Aspecto de la iluminación navideña en las principales calles de Varsovia |
Navidad en Polonia
TRADICIONES Y COSTUMBRES
En el calendario de las tradiciones y costumbres polacas, la Navidad es todo un cielo de fiestas que se celebran en el período comprendido entre la Nochebuena (24 de diciembre) y la Epifanía (6 de enero). Hasta hace poco era muy viva la tradición de ritos, costumbres y prácticas mágicas que se ejercían en este período con el fin de renovar el mundo a finales del año viejo y garantizarse la prosperidad en el año nuevo.
Algunas de estas costumbres se siguen cultivando en la actualidad, aunque a su contenido y significación se les da ahora una reinterpretación cristológica. No obstante, las Navidades en Polonia no han dejado de ser un período excepcional, saturado de emociones intensas y de comportamientos orientados hacia el fortalecimiento de las relaciones humanas y la renovación moral.
"De forma simbólica, dejando un sitio libre,
se invitaba a cenar también a las almas
de los parientes difuntos que, como se creía,
retornaban ese día a la tierra para ayudar
a los vivos a conseguir la renovación del mundo"
Cena de Nochebuena
La cena de Nochebuena era el símbolo de la nueva reconciliación tanto entre los hombres, como entre el mundo de los vivos y el de los difuntos, así como entre el hombre y la naturaleza. Desde los tiempos más remotos, en la cena de Nochebuena participaban todas las personas que vivían bajo el mismo techo. Los amos y la servidumbre se sentaban juntos a la mesa. De forma simbólica, dejando un sitio libre, se invitaba a cenar también a las almas de los parientes difuntos que, como se creía, retornaban ese día a la tierra para ayudar a los vivos a conseguir la renovación del mundo. Además, en la cena participaban, también de forma simbólica, los representantes del mundo de la naturaleza: los pájaros y los animales para los cuales se guardaban restos de la cena de Nochebuena
Hoja de oblea
Un símbolo elocuente de reconciliación era la costumbre de partir una hoja de oblea, hecha de agua y harina de trigo, entre los reunidos que se felicitaban y se deseaban salud, bienestar y prosperidad, así como la de visitar, terminada la cena, los establos para dar pedazos de oblea al ganado. Eran éstas, a la vez, unas prácticas mágicas, puesto que se creía que la oblea de Nochebuena tenía el poder de neutralizar y apartar el mal, y además, como sustituto de pan, era portadora de los mismos valores, o sea de la vida, de la fertilidad y de la abundancia. La costumbre de partir una hoja de oblea durante la cena de Nochebuena tiene su origen en las prácticas de los primeros cristianos que se obsequiaban pan en la iglesia en señal de comunión y fraternidad. Introducida en Polonia por el clero en la época del barroco, se propagó primero entre la nobleza y en las ciudades para extenderse, en el siglo XIX, a las zonas rurales.
"El ritual de Nochebuena (toda la familia
reunida en torno a la mesa, un cubierto más
y una hoja de oblea que los comensales
parten entre sí en señal de reconciliación)
se ha conservado vivo hasta hoy en toda Polonia"
Mesa navideña
El lugar principal del ritual de Nochebuena era la mesa en la cual se servía una solemne cena. Sobre la mesa se colocaba una serie de objetos-símbolos de la fertilidad, de la abundancia y del bienestar como el heno, la paja, las semillas de cereales, el pan y las monedas para que prestaran su poder y sus valores a los vegetales añadidos a los platos de Nochebuena, así como a los comensales. Se comían los platos preparados con productos del campo, de la huerta, del bosque y del agua, con excepción de la carne, puesto que el día de Nochebuena era obligatorio guardar la abstinencia.
La abundancia de platos sobre la mesa de Nochebuena era una manifestación de abundancia paradisiaca que se debía transmitir a la cosecha del año venidero. El ritual de Nochebuena (toda la familia reunida en torno a la mesa, un cubierto más y una hoja de oblea que los comensales parten entre sí en señal de reconciliación) se ha conservado vivo hasta hoy en toda Polonia. También se ha conservado la costumbre de colocar sobre la mesa un puñado de heno interpretado actualmente como conmemoración del nacimiento de Cristo en un pesebre.
"La costumbre de traer a casa un abeto
llegó a Polonia de la Europa occidental
en las postrimerías del siglo XVII"
Arbol de abeto
Un atributo importante del ritual navideño es el árbol de abeto que, en la cultura popular, es el símbolo de la vida que se renueva constantemente, del sol, de la juventud, de la fertilidad, de la salud y del bienestar. La costumbre de traer a casa un abeto llegó a Polonia de la Europa occidental en las postrimerías del siglo XVII. Esta moda se propagó primero en las ciudades y no se extendió a las zonas rurales hasta fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Antes se colgaba en el techo de la casa o encima de la puerta de los edificios de la granja una cima del abeto o pino . Según fuentes históricas, los árboles de Navidad, tanto colgantes como de pie, se adornaban con manzanas, nueces, panes en miniatura, pastelitos de jengibre y muchas velas de cera de color. El huevo, símbolo de la vida que siempre renace y de la fecundidad, iba a reforzar las fuerzas vitales del hombre y de la naturaleza.
"También se hacían prácticas mágicas
con el objetivo de que los solteros
de la aldea encontraran pronto
su pareja y se casaran"
Noches Santas
Las noches desde la Nochebuena hasta la Epifanía se llamaban en Polonia «noches santas». En todo ese período, considerado festivo, la población tenía la obligación de abstenerse de trabajos pesados. Los momentos culminantes del ritual navideño, además de la Nochebuena, eran la fiesta de San Esteban (26 de diciembre), el último día del año viejo y el primero del nuevo y la fiesta de la Epifanía (6 de enero). El día de San Esteban todos se felicitaban y se deseaban mutuamente suerte y prosperidad en el año nuevo. Además, ese día se bendecía la avena y se la desparramaba sobre los campos y las casas. También se hacían prácticas mágicas con el objetivo de que los solteros de la aldea encontraran pronto su pareja y se casaran.
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Un grupo de Kolednicy preparándose para cantar villancicos |
Costumbres
En siglos pasados, estaba muy extendida en Polonia la costumbre de hacer rondas para pedir el aguinaldo de Navidad. Grupos de muchachos disfrazados, llamados kolednicy (de koleda que significa villancico), yendo de puerta en puerta, recorrían la aldea cantando villancicos y deseando a todos suerte y prosperidad, por lo cual recibían una propina en dinero o en especie.
Belenes
Un atributo importante de los espectáculos navideños es el belén. El belén polaco de títeres es un fenómeno cultural único, ya que lleva dentro, además de las figuras típicas de belén, un pequeño escenario teatral, donde los títeres, movidos con las manos, interpretan una pieza que combina los clásicos episodios sobre el nacimiento de Cristo con unas historias puramente laicas, de índole satírica y costumbrista. Los primeros espectáculos de belén fueron presentados por los monjes quienes ya a comienzos del siglo XVIII empezaron a introducir en los nacimientos que instalaban en el interior de las iglesias las figurillas móviles de personajes seglares. Manipulándolas y prestándoles su voz, los monjes representaban graciosas escenas de género. Poco después se extendió la práctica de espectáculos de belenes ambulantes, realizados por personas laicas vinculadas a la iglesia y escolares.
Fuente
http://www.meksyk.polemb.net/gallery/wigilia/biuletyn.pdf